La fiesta de la magdalena
Ahora que estoy de vacaciones, estoy recuperando costumbres que por falta de tiempo no he podido hacer en los últimos meses; una de ellas es “la fiesta de la magdalena” me sale muy barata y disfruto como una enana, solo tengo que gastar unas cuantas magdalenas y ya está la fiesta montada.
Comenzó hace tiempo, una mañana que me dispuse a desayunar un café con magdalenas, y empezaron a llegar amigos, primero mi gata Pelu, me miraba con carita de pena mientras recogía unas miguitas que habían caído al suelo, después mi perra Luna, me puso su carita entre mis rodillas suplicándome un trocito, así que repartí entre ellos una magdalena que duró un suspiro, y de pronto mi loro curro, dijo: ¡Curro, Currooooo!, para avisarme que me había olvidado de él, así que le puse una magdalena en su jaula para él solo, y al ver que estaban todos supercontentos y entretenidos, me acordé de Conchi, mi tortuga “orejas rojas” que se instaló en mi piscina y allí lleva para tres años, hecha la dueña y señora del lugar, así que me salí al jardín con toda la comitiva detrás, y lo que quedaba del paquete y probé a ver si a la tortuga le gustaban , le tiré unos trozos y apareció rápidamente, sacó su cabeza y se los tragó uno a uno, mientras Luna ladraba por celos, y porque para quitárselos se tendría que mojar y no le gusta nada.
Me senté en el filo de la piscina, metí los pies y allí estábamos todos la mar de felices, mientras unas hormiguitas se llevaban los minúsculos trocitos que quedaban por la piedra, sinceramente, todo un éxito de fiesta, no sé como los publicistas no se inspiran en la vida misma al hacer un anuncio, si vienen a mi casa, pueden hacer un spot de magdalenas que seguro que venderían tanto o más que Chiquito de Calzada con “el bugil crim”, ¡Jajaja!
Pero lo verdaderamente, importante, es lo bien que me lo paso en estas fiestas, informales, sin drogas, sin alcohol, y en buena compañía, lo único negativo, los hidratos de carbono, pero ¡un día es un día!
Ahora que estoy de vacaciones, estoy recuperando costumbres que por falta de tiempo no he podido hacer en los últimos meses; una de ellas es “la fiesta de la magdalena” me sale muy barata y disfruto como una enana, solo tengo que gastar unas cuantas magdalenas y ya está la fiesta montada.
Comenzó hace tiempo, una mañana que me dispuse a desayunar un café con magdalenas, y empezaron a llegar amigos, primero mi gata Pelu, me miraba con carita de pena mientras recogía unas miguitas que habían caído al suelo, después mi perra Luna, me puso su carita entre mis rodillas suplicándome un trocito, así que repartí entre ellos una magdalena que duró un suspiro, y de pronto mi loro curro, dijo: ¡Curro, Currooooo!, para avisarme que me había olvidado de él, así que le puse una magdalena en su jaula para él solo, y al ver que estaban todos supercontentos y entretenidos, me acordé de Conchi, mi tortuga “orejas rojas” que se instaló en mi piscina y allí lleva para tres años, hecha la dueña y señora del lugar, así que me salí al jardín con toda la comitiva detrás, y lo que quedaba del paquete y probé a ver si a la tortuga le gustaban , le tiré unos trozos y apareció rápidamente, sacó su cabeza y se los tragó uno a uno, mientras Luna ladraba por celos, y porque para quitárselos se tendría que mojar y no le gusta nada.
Me senté en el filo de la piscina, metí los pies y allí estábamos todos la mar de felices, mientras unas hormiguitas se llevaban los minúsculos trocitos que quedaban por la piedra, sinceramente, todo un éxito de fiesta, no sé como los publicistas no se inspiran en la vida misma al hacer un anuncio, si vienen a mi casa, pueden hacer un spot de magdalenas que seguro que venderían tanto o más que Chiquito de Calzada con “el bugil crim”, ¡Jajaja!
Pero lo verdaderamente, importante, es lo bien que me lo paso en estas fiestas, informales, sin drogas, sin alcohol, y en buena compañía, lo único negativo, los hidratos de carbono, pero ¡un día es un día!
2 comentarios:
Que buena fiesta!!! Dan ganas de apuntarse a pesar de los hidratos jajaja. Que verdad es que lo que no mata engorda y viceversa. Se te ve feliz con tus amigos, claro que ese tipo de amigos nunca decepciona ni traiciona ni nada de lo que hacen los de dos patas. Disfruta de ellos, eso es el placer. Besos Maru
Bueno, supongo que tú también harás fiestecitas de estas, porque tienes perritos; hoy ha tocado la fiesta de las salchichas, ¡Genial!
con un paquete de salchichas también funciona, y el loro se apunta, que no me imáginaba yo que a los loros les gustara y les encanta, y el jamoncito, anda que no saben nada, son unos gourmets, tengo que probar con las pizzas, jajaja.
Un beso
maru
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