Nancy autómata
Autómata, del latín automăta y este del griego automatos (αὐτόματος), espontáneo o con movimiento propio. Según la RAE, máquina que imita la figura y los movimientos de un ser animado. Un equivalente tecnológico en la actualidad serían los robots autónomos. Si el robot es antropomorfo se conoce como androide.
El mundo de los autómatas es tan amplio como su definición. En términos bíblicos podríamos considerar al hombre como el primer autómata, creado del barro por Dios, aunque con la diferencia de poseer libre albedrío que le permite decidir por sí mismo. Esa distinción ha hecho que el ser humano haya querido imitar el acto de la creación desde el mismo inicio de su historia, construyendo mecanismos artificiales para todo tipo de fines desde científicos, de investigación, para agilizar sus tareas o por mero entretenimiento.
Leonardo Da Vinci
Leonardo Da Vinci (1452-1519), hombre por excelencia del Renacimiento diseñó al menos dos autómatas de los que se tenga constancia. El primero se considera también uno de los primeros con forma completamente humana, vestido con una armadura medieval. y fue diseñado alrededor del año 1495, aunque como muchos otros inventos de Leonardo no fue construido. Este mecanismo fue reconstruido en la actualidad según los dibujos originales y podía mover los brazos, girar la cabeza y sentarse. El segundo, mucho más ambicioso, se trató de un león mecánico construido petición de Francis I, Rey de Francia (1515) para facilitar las conversaciones de paz entre el rey francés y el papa León X , el animal, mediante diversos trucos de artificio, anduvo de una habitación a otra donde se encontraba el monarca, abrió su pecho y todos pudieron comprobar que estaba lleno de lirios y otras flores, representado así un antiguo símbolo de Florencia (el león) y la flor de lis que Luis XII regaló a la ciudad como señal de amistad.
Niña y pajarito
Jacques de Vaucanson
The Canard Digérateur de Jacques de Vaucanson, aclamado en 1739 como el primer autómata capaz de hacer la digestión.
Nacido un 24 de Febrero de 1709, Jacques de Vaucanson, excelente relojero pero con amplios conocimientos de música, anatomía y mecánica, quería demostrar mediante sus autómatas la realización de principios biológicos básicos, tales como la circulación, la la digestión o la respiración, sobre esta última función versó su primera creación “El Flautista” figura con forma de pastor y de tamaño natural que tocaba el tambor y la flauta con un variado repertorio musical. Vaucanson lo presentó en la Academia de Ciencias Francesa cosechando un gran éxito. Más tarde, en 1738, crea su segundo autómata llamado “El Tamborilero” como una versión mejorada del primero. En esta ocasión la figura tocaba la zampoña de Provenza y el tamboril con veinte melodías distintas. El tercero y más famoso fue “El pato con aparato digestivo” transparente y compuesto por más de cuatrocientas partes móviles y que batía las alas, comía y realizaba completamente la digestión imitando al mínimo detalle el comportamiento natural del ave. Pasados los años, Vaucanson, cansado de su propia obra, vendió las figuras en 1743.
The Canard Digérateur de Jacques de Vaucanson, aclamado en 1739 como el primer autómata capaz de hacer la digestión.
"La Pianista" de Jaquet-Droz
PIERRE JAQUET - DROZ
Posiblemente el mejor y más conocido creador de autómatas de la historia. Pierre Jaquet-Droz suizo nacido en 1721 es el responsable de los tres autómatas más complejos y famosos del siglo XVIII. Sus tres obras maestras (La Pianista, El Dibujante y El Escritor) causaron asombro en la época llegando a ser contemplados por reyes y emperadores tanto de Europa como de China, India o Japón.
El primero de ellos, “La Pianista”, es un autómata con forma de mujer que toca el órgano, con la particularidad de que es la propia figura la que intepreta las obras pulsando las teclas con sus dedos sin tener el sonido pregrabado o procedente de otro lugar. Compuesta por 2.500 piezas podía mover los ojos dirigiendo la mirada del piano a los dedos, inclina el cuerpo, respira y al finalizar cada tema hacía una reverencia.
El Dibujante, por otra parte, estaba compuesto por unas 2.000 piezas, tenía forma de niño sentado en un pupitre y podía realizar hasta cuatro dibujos distintos, pasando por todos los pasos del dibujo académico (esbozo con lápiz, repaso de las líneas, sombreado y retoques finales). Al igual que el anterior imita el comportamiento mientras realiza la tarea moviendo los ojos, las manos o incluso soplando en el papel para eliminar los restos del polvo del lápiz. Los cuatro dibujos que podía realizar el autómata eran un retrato de Luis XV, una pareja real, un perro y a Cupido subido encima de una carroza tirado por una mariposa.
"El Escritor" de Jaquet-Droz
El último, y más complejo de los autómatas, es “El Escritor” mecanismo compuesto por más de 6.000 piezas y seis años de trabajo. Este diseño es la evolución de uno anterior construido por los Maillardet, también con forma de niño, y que podía escribir en inglés y francés y realizar algunos dibujos. La versión de Jaquet-Droz podía escribir utilizando la pluma gracias a una rueda integrada en su mecanismo interno donde se seleccionaban los caracteres uno a uno pudiendo escribir así pequeños textos de unas cuarenta palabras de longitud. Como los anteriores, realizaba movimientos propios de un ser humano como mojar la tinta y escurrir el sobrante para no manchar el papel, levantar la pluma como si estuviera pensando, respetando los espacios y puntos y aparte, además de seguir con la mirada el papel y la pluma mientras escribe.
Los tres autómatas se pueden contemplar en el Musée d'Art et d'Histoire de Neuchâtel
En 1785 el relojero Pierre Kintzing y el ebanista
David Rontgen (1743–1807), construyeron
una autómata pianista que perteneció a Maria
Antonieta y que se conserva aún en el museo de
artes y oficios de París
La pianista de Marie- Antoinette
Autómatas en China y Japón
Karakuri japonés
La cultura asiática, especialmente China y Japón, ha tenido una gran tradición de autómatas que se ha mantenido desde tiempos muy antiguos hasta la actualidad. Ya en el año 2000 aC se cuentan leyendas chinas sobre autómatas. Como la creada por el hijo del rey Tach`uan, hecho de madera, y tan semejante al hombre que confundían a todos los que lo veían, hasta que descubren su naturaleza y es destruido. En tiempos más cercanos se habla de varios emperadores chinos que, curiosos por estos inventos, apoyaron la creación de todo tipo de autómatas, desde los que poseían forma animal (pájaros, caballos, gatos, monos etc.) hasta otros con forma humana y que andaban, bailan o tocaban instrumentos.
En el Japón de los siglos XVIII y XIX los autómatas consiguieron un alto grado de importancia y complejidad. Se les llamaba “karakuri”, que se podría traducir como “aparatos mecánicos para producir la sorpresa en una persona” y distingüían tres tipos de figuras: las “Butai Karakuri” que se usaban en el teatro, las “Zashiki Karakuri” más pequeñas y con las que se jugaba en las habitaciones y las “Dashi Karakuri” que se utilizaban en las festividades religiosas. Su mayor tarea era la representación de mitos y leyendas tradicionales aunque existían de todo tipo como algunos que servían el te o lanzaban flechas con un arco. Ya entrados en el siglo XX y XXI vemos como la tradición del karakuri se mantiene en los modernos robots japoneses, con la creación de complejísimos robots antropomorfos como ASIMO, QRIO o Repliee Q1 o mascotas robóticas como Aibo, descendiente directo de los autómatas animales de siglos pasados.
Por último un teatro de Automatas.
Fuentes, Wikipedia y youtube.
2 comentarios:
Me has dejado impresionada con esto de los autómatas, que "repelús" dá por Dios, si parecen muñequitas diabólicas...
Hija eres un pozo de sorpresas...
¡¡¡jajajajaaaaaaaa!!!
¿verdad?
A mi también me dá yúyu, pero son geniales, sobre todo para la época en que fueron hechos, ¿no crees?
Y algunos no son tan pequeños, verlos en vivo debe ser como para salir corriendo; la que cose, tiene migas...casi te pueden dar pesadillas, me he entretenido en reunir los más importantes, con un poco de historia de sus creadores,que no sé como no se los cargaron en la inquisición, había que ser valiente, jajajaja
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