jueves, 7 de febrero de 2008

Locuras


Obra digital ; Maru de Marbella


Un día vi a un señor que llevaba una cuerda en la mano y la arrastraba por el suelo.

Estaba en la cola del supermercado, me puse detrás de él para pagar y comenzó a regañarme, porque decía que estaba pisando a su perro, (solo llevaba la cuerda) me asusté un poco la verdad; me puso de vuelta y media y yo le pedí disculpas por que no sabía qué hacer.

Entonces la chica de la caja, le dijo que allí no se podía entrar con perros, que iba a llamar al guarda de seguridad y que estaba prohibido; el hombre pidió perdón y también a mí.

Y a una señora que andaba por allí viendolo todo le dio un ataque de risa Histérica, y se la tuvieron que llevar a urgencias y el loco se marchó tan tranquilo.

¡Que tarde!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta esta nueva Maru que voy descubriendo ultimamente. La Maru de contrarios equilibrios. De serenos contrapuestos. Exquisito. ¿Digital significa que es una obra realizada en ordenador? No lo parece.
En cuanto a la historia es totalmente Maru. Me fascina. Nuevamente tengo que alabarte pero tú te lo has buscado. Es que es una anécdota tan curiosa que no he podido quitarla de mi cabeza en todo el día. Imagino tu cara, no ya frente al señor de la cuerda, sino cuando la cajera explica que no se admitían mascotas.
Surrealista cien por cien.
Me hubiese encantado presenciar la escena.

Marudemarbella dijo...

Hola Ganimedes, esto me ocurrió hace años, y cada vez que lo recuerdo me parto de risa, yo, miraba a los lados, porque pensaba que era una broma de cámara oculta o algo así, pero no, el loco era autentico
Y no veas como defendía a su perro.
Esta obra es digital pero está hecha a partir de una obra pintada con temperas y escaneada, me gusta la hibridación de técnicas, es más me fascina escanear lo que sea y trabajar digitalmente, encima,
Imprimir, trocear, volver a escanear, y así.
A veces imprimo sobre acetato para impresoras, pero por el lado contrario, por la cara con brillo, que se quede la tinta depositada sin absorber, y después pongo el acetato sobre papel húmedo, para que los pigmentos se expandan por la humedad, haciendo sucesivas impresiones y volviendo a poner sobre el papel húmedo; estas cosas me encanta hacerlas, yo lo llamo hibridación de técnicas, debería escribir un libro de estas cosas, aunque ya está todo inventado, veces la gente no comparte sus ocurrencias.
En otro blog que se hablaba de locos, puse este comentario ayer, y ya que lo tenia escrito, lo he puesto tambien aqui, y lo he acompañado con esta obra que forma parte de una serie.

la-de-marbella dijo...

Jajajaja, Que buena anecdota, es fantastico como lo relatas, denotas soltura y claridad.

Yo una vez, tuve que enseñar unos pisos a un Señor que llevaba una caja de cartón en las manos. La caja era de considerable tamaño, dificil de manejar y no estaba cerrada del todo. En los primeros pisos no dije nada, aunque la curiosidad me mataba, el tipo no dejaba de hablarle a la ranura de la caja como si hubiese alguien dentro. Pensando como tú que podía ser una broma me hacía la que no notaba nada. En el ultimo apartamento no pude más y le pregunté que llevaba allí. Mi pollo me contesto, vivimos juntos hace cuatro meses y no queremos separnos. Imagina mi cara y el pavor que me entró. Estaba como una chota y estabamos solos, el tipo, el pollo y yo. Al final no sé quien tenía más miedo de los tres jajajaja. Besos

Marudemarbella dijo...

¡Jajaja!
Me hubiera encantado verte en ese momento,jajaja
¡Pobre pollo!, pensaría, a ver cuando se decide mi amo a comprar el piso, que estoy harto ya de estar aqui.
¿pero dentro había o no había pollo?
A ver si va a ser un virus, o algo
jajaJa
¿estaremos seguros?

la-de-marbella dijo...

Vaya que si había pollo. El pollo mas feo que he visto en mi vida. Sería por los viajes o el estress de aguantar al maromo que le faltaban las plumas de la cabeza. Vamos como la niña del exorcista pero en pollo jajajajajaja

Marudemarbella dijo...

Me tranquilizas, al menos no es un virus peligroso, que te hacer ver mascotas, inexistentes. ¡lo que me faltaba a mi!