Ricardo Alario, pintor. 47 años: “En Marbella hay muchos grandes artistas”

Ricardo Alario, pintor, en su taller de la barriada de Divina Pastora. Fotos: M.R.L.

Por Estefanía Contreras

Artistas ya consagrados, como Pedro Molina o Roberto Gutiérrez, han sido pupilos de Ricardo Alario.
Trabaja relajado con su mandil en una antigua panificadora situada en el corazón del barrio de Divina Pastora. Los elementos han cambiado con energía y vida propias, nunca se pierden, sólo se transforman. Tal vez esto sea el intríngulis del arte: del pan a la pintura, a la creación, a la inspiración, todo en un mismo lugar. Más concretamente en el centro de Divina Pastora, se oculta un paraíso de formas y armonía. La puerta chirría, nada que ver con el interior donde flotan los colores y una suave música.Este es el hábitat en el que se desenvuelve Ricardo, nacido en Quart de Poblet (Valencia) y afincado en Marbella desde los 6 años. Una historia como tantas.Se inició en la pintura en Marbella de la mano del maestro paisajista San Juan Perdiguero. Asistió como libre a la escuela de Artes y Oficios de Sevilla y Granada. Cuando llegó a Madrid, dibujó las imágenes de las películas de la cartelera de cine como “El octavo pasajero”. En 1984 se realizó las primeras ediciones de serigrafía en su propio taller. En 1986 formó con el artista Pedro Ramírez el taller de ediciones de serigrafías “Grupo ART¨ S”, situado en San Pedro Alcántara, Marbella. Se estrenó con una exposición y la máquina propiamente dicha para hacer dos series que después serían donadas a la Asociación Horizonte. El escultor define la serigrafía de forma rudimentaria y personal: “Es una técnica de grabado en la que se utilizan mayas de poliéster, unas se tapan y otras no. Se trabaja con pintura de aceite, es para conseguir una edición con tintas planas a diferencia del grabado calcográfico”. Digamos que es la pintura y sus capas, que se pueden tocar…Ha coordinado y dirigido espacios expositivos como la Galería Akelarre de 1997 a 1999, programando una línea de exposiciones que acercaba a la ciudad el trabajo de artistas que destacaban por su contemporaneidad a nivel local y nacional. En el año 2003 fue nombrado director de la Galería Silvart, coordinando talleres de grabado, ofertando las últimas técnicas desarrolladas en Europa de la mano de artistas locales e internacionales como en el caso de los grabadores Alicia Díaz Rinaldi y Leonardo Gotleib.

NeógenoEn el ambiente del taller está muy presente la imagen de Neógeno, una de sus últimas exposiciones de pintura. “Mi fin será mi principio. Neógeno: una reflexión sobre nuestros orígenes”, le rubrica Alfredo Taján en el prólogo de su catálogo.mas